La víbora cornuda es una serpiente venenosa también conocida como víbora de arena o víbora del cuerno. Es un reptil endémico europeo, su territorio se identifica desde el sur de Europa hacia los Balcanes y en lugares de Oriente Medio (Arabia Saudita, Armenia, Georgia, Irak, Israel, etc.)
Por suerte para nosotros y para su supervivencia la especie está estrictamente protegida. Su nombre científico es Vipera ammodytes.
¿Qué aspecto tiene la víbora cornuda?
Se le reconoce como una serpiente venenosa de alta toxicidad, de hecho está considerada la más peligrosa de las víboras europeas. Aunque el tallaje puede ser variable no suele superar el metro de longitud.
Suelen ser de color bronceado o castaño, también se aprecian ejemplares color gris oscuro con manchas negras. Estos colores favorecen el camuflaje en su hábitat.
Su característica más notable son los cuernos que poseen en la cabeza, sobre cada ojo y que le dan nombre. No obstante su reputación de animal agresivo no ataca si no se siente amenazada o excitada. Si son sorprendidas pueden atacar pero también pueden huir e incluso permanecer inmóvil.
¿Sabías que? La víbora cornuda posee un veneno considerado de alta toxicidad.
Son animales tolerantes al cautiverio ya que se alimentan con facilidad. El peligro está en la manipulación pues son animales fuertes que siempre pueden dar un tirón inesperado y morder.
Las mordeduras provocan los síntomas típicos del envenenamiento por víboras como dolor, hinchazón y decoloración. Estos síntomas pueden ser inmediatos.
¿Qué comen las víboras cornudas?
Las víboras cornudas suelen alimentarse de mamíferos y aves pequeñas. También pueden consumir lagartos y existe algún reporte de canibalismo.
Las presas más pequeñas son cazadas sin uso de veneno, mientras las más grandes son mordidas y soltadas hasta que el veneno haga efecto para luego ser tragadas.
¿Dónde vive la víbora cornuda?
La víbora cornuda prefiere vivir en las rocas, a pesar de que se le llame víbora de arena.
Se les encuentra en colinas y laderas secas, rocosas y de escasa vegetación. No suelen vivir cerca de asentamientos humanos aunque es posible verlas en zonas de cultivo de vid cuando hay escombros o paredes con grietas y piedra.
